martes, 18 de diciembre de 2007

¿piensan los jóvenes?

¿Piensan los jóvenes?

Autor: Jaime Nubiola
Profesor de Filosofía
Universidad de Navarra

Fecha: 20 de noviembre de 2007

Publicado en: La Gaceta de los Negocios (Madrid)



La impresión prácticamente unánime de quienes convivimos a diario con jóvenes es que, en su mayor parte, han renunciado a pensar por su cuenta y riesgo. Por este motivo aspiro a que mis clases sean una invitación a pensar, aunque no siempre lo consiga. En este sentido, adopté hace algunos años como lema de mis cursos unas palabras de Ludwig Wittgenstein en el prólogo de sus Philosophical Investigations en las que afirmaba que "no querría con mi libro ahorrarles a otros el pensar, sino, si fuera posible, estimularles a tener pensamientos propios".

Con toda seguridad este es el permanente ideal de todos los que nos dedicamos a la enseñanza, al menos en los niveles superiores. Sin embargo, la experiencia habitual nos muestra que la mayor parte de los jóvenes no desea tener pensamientos propios, porque están persuadidos de que eso genera problemas. "Quien piensa se raya" -dicen en su jerga-, o al menos corre el peligro de rayarse y, por consiguiente, de distanciarse de los demás. Muchos recuerdan incluso que en las ocasiones en que se propusieron pensar experimentaron el sufrimiento o la soledad y están ahora escarmentados. No merece la pena pensar -vienen a decir- si requiere tanto esfuerzo, causa angustia y, a fin de cuentas, separa de los demás. Más vale vivir al día, divertirse lo que uno pueda y ya está.




En consonancia con esta actitud, el estilo de vida juvenil es notoriamente superficial y efímero; es enemigo de todo compromiso. Los jóvenes no quieren pensar porque el pensamiento -por ejemplo, sobre las graves injusticias que atraviesan nuestra cultura- exige siempre una respuesta personal, un compromiso que sólo en contadas ocasiones están dispuestos a asumir. No queda ya ni rastro de aquellos ingenuos ideales de la revolución sesentayochista de sus padres y de los mayores de cincuenta años. "Ni quiero una chaqueta para toda la vida -escribía una valiosa estudiante de Comunicación en su blog- ni quiero un mueble para toda la vida, ni nada para toda la vida. Ahora mismo decir toda la vida me parece decir demasiado. Si esto sólo me pasa a mí, el problema es mío. Pero si este es un sentimiento generalizado tenemos un nuevo problema en la sociedad que se refleja en cada una de nuestras acciones. No queremos compromiso con absolutamente nada. Consumimos relaciones de calada en calada, decimos "te quiero" demasiado rápido: la primera discusión y enseguida la relación ha terminado. Nos da miedo comprometernos, nos da miedo la responsabilidad de tener que cuidar a alguien de por vida, por no hablar de querer para toda la vida".


El temor al compromiso de toda una generación que se refugia en la superficialidad, me parece algo tremendamente peligroso. No puede menos que venir a la memoria el lúcido análisis de Hannah Arendt sobre el mal. En una carta de marzo de 1952 a su maestro Karl Jaspers escribía que "el mal radical tiene que ver de alguna manera con el hacer que los seres humanos sean superfluos en cuanto seres humanos". Esto sucede -explicaba Arendt- cuando queda eliminada toda espontaneidad, cuando los individuos concretos y su capacidad creativa de pensar resultan superfluos. Superficialidad y superfluidad -añado yo- vienen a ser en última instancia lo mismo: quienes desean vivir sólo superficialmente acaban llevando una vida del todo superflua, una vida que está de más y que, por eso mismo, resulta a la larga nociva, insatisfactoria e inhumana.

De hecho, puede decirse sin cargar para nada las tintas que la mayoría de los universitarios de hoy en día se consideran realmente superfluos tanto en el ámbito intelectual como en un nivel más personal. No piensan que su papel trascienda mucho más allá de lograr unos grados académicos para perpetuar quizás el estatus social de sus progenitores. No les interesa la política, ni leen los periódicos salvo las crónicas deportivas, los anuncios de espectáculos y algunos cotilleos. Pensar es peligroso, dicen, y se conforman con divertirse. Comprometerse es arriesgado y se conforman en lo afectivo con las relaciones líquidas de las que con tanto éxito ha escrito Zygmunt Bauman.


Resulta muy peligroso -para cada uno y para la sociedad en general- que la gente joven en su conjunto haya renunciado puerilmente a pensar. El que toda una generación no tenga apenas interés alguno en las cuestiones centrales del bien común, de la justicia, de la paz social, es muy alarmante. No pensar es realmente peligroso, porque al final son las modas y las corrientes de opinión difundidas por los medios de comunicación las que acaban moldeando el estilo de vida de toda una generación hasta sus menores entresijos. Sabemos bien que si la libertad no se ejerce día a día, el camino del pensamiento acaba siendo invadido por la selva, la sinrazón de los poderosos y las tendencias dominantes en boga.


Pero, ¿qué puede hacerse? Los profesores sabemos bien que no puede obligarse a nadie a pensar, que nada ni nadie puede sustituir esa íntima actividad del espíritu humano que tiene tanto de aventura personal. Lo que sí podemos hacer siempre es empeñarnos en dar ejemplo, en estimular a nuestros alumnos -como aspiraba Wittgenstein- a tener pensamientos propios. Podremos hacerlo a menudo a través de nuestra escucha paciente y, en algunos casos, invitándoles a escribir. No se trata de malgastar nuestra enseñanza lamentándonos de la situación de la juventud actual, sino que más bien hay que hacerse joven para llegar a comprenderles y poder establecer así un puente afectivo que les estimule a pensar.




RETRATO I


LOS GUARDIANES

¿Qué haceis, caballero, de nuevo por estos lares?

¿Llegais cansado de vuestro arduo viaje?
Veo vuestra armadura muy gastada
y veo la tristeza en vuestra mirada.

¿Por qué no vais a vuestra casa si estais cansado?
en vez de venir a sentaros a orillas de este acantilado,
con una caja llena de sueños rotos en vuestras manos
y con la esperanza de que la Luna Violeta vaya a buscarlos.

Luthien
www.guardianes-del-reino.com

Reflejos,ilusiones,sombras...

dulce reflejo

me devuelves hielo a una mirada, reflejo,errores del pasado y música en mi presente de nana,juego de zarcillos entre tus dedos amasan segundos de sabor dulce de llanto.
















Cámara oscura, techo del sueño, ojos oradores, pozo de champán, enigma diminuto, memoria sedienta, caricia o daga inesperada, metáfora hecha carne, exceso de saliva o de silencio, chic vagabunda, frasco de canela encerrado en una caja con candado imaginario.

Bohemika


























La simetría quiere ser mi reflejo.























Reflejos oníricos del caleidoscopio de mi alma.

Rincones de Pamplona
























Pamplona:


Suerte de caminos,texturas e íntimos rincones abren en mi mente lugares inexplorados aún,después de tantos años,si mi mirada se deja,seducen mis vísceras las texturas de piedras,colores y la joya de sol,que por breve y bello baña los vestidos mas coloridos de la parte vieja;mientras,desde lo alto,contemplo gozoso el susurro callado de una ciudad con aire a verdad medieval.






La fragilidad pétrea del poema pamplonica.
Su olor maravilloso y profundo de años húmedos y vientos frescos.






























EL COLOR



























SU GENTE




Recuerdos de la amatxi
























Texto de Asier Barandiarán

El 10 de junio de 1973 se celebró en Oiartzun (Guipúzcoa) un homenaje a un bertsolari. A este acto fue invitado Xalbador, el pastor de Urepel (Baja Navarra). Cuando le tocó su turno, se acercó con solemnidad al micrófono. Su figura mostraba a un hombre sereno y rebosante de confianza. Don Juan Mari Lekuona fue el encargado de comunicarle el tema sobre el que debía cantar de un modo improvisado: “Xalbador, éste es tu tema, las manos de la abuela, “amatxiren eskuak”. Tras unos segundos de concentración empezó a cantar con una melodía suave y nostálgica:

Aizu, amona, aspaldian zu etorri zinen mundura,ta zure baitan ibili duzu zonbait-zonbait arrangura;nik ikustean begi xorrotxez zuk duzun esku zimurra,laster mundutik joanen zarela etorzen zeraut beldurra

Escucha abuela,
hace ya mucho tiempo que viniste al mundo,y en tu interior has pasado muchas preocupaciones.Al contemplar con mi fina mirada esas queridas manos arrugadas,me viene un temor de que pronto tendrás que dejar este mundo.



Los oyentes no esperaban esta salida. Mirando a Xalbador podrían asegurar que no es un ejercicio de erudición y rima el de éste buen pastor. En su cara parecía vislumbrarse una añoranza de esa “amatxi”. Xalbador, sin cambiar el gesto grave y profundo de su rostro, canta su segundo bertso:

Beste amatxi asko ikusi izan ditut han-hemenka,Jainkoa, otoi, ez dadiela gaukoan eni mendeka:zure eskuak ez bitza, otoi, behin betiko esteka,semeatxiak hain maite baitu esku horien pereka.

He visto en todo el mundo a otras muchas “amatxis”,Señor, por favor, que me perdonen hoy lo que digo,que tus manos, “amatxi” mía, no se agarroten nunca,pues éste tu nieto tanto ama las caricias de esas manos arrugadas.



Cuando los oyentes todavía no se habían repuesto de la emoción, Xalbador lanzó al aire su tercer bertso:

Ene amatxik mundu guzian ba ote zuen berdinik?Dudatzen nago hardu dukeen nehoiz atseginik;orai eskuak ximurtu zaizko zainak hor dazura urdinik,eta ez dago arritzekoa horrenbeste lan eginik.

Mi “amatxi” en todo el mundo ¿acaso tendría una igual?estoy dudando de que alguna vez hubiese tomado un descanso,ahora se le han envejecido las manos,y sus venas azules las tiene ahí a la vista,no es de extrañar... ¡tanta labor han hecho!

Xalbador con esa mirada suya perdida en el horizonte está viendo a su abuela trabajando, hilando la lana, cuidando la olla en el fuego, meciendo la cuna de su nieto, desgranando las mazorcas de maíz o las cuentas del rosario. Una abuela, con unas manos arrugadas, que fue la memoria de esa comunidad familiar.

Mercado de Santo Domingo


















Sonríe el carnicero,jugando a despojarse,amasando con delizadeza interna esa frágil necesidad,esencial en ese baile imprescindible y dual de ronroneos y engranajes de felicidad.
































Se puso guapa un instante...en sus pequeños ojillos coquetos pigmentos,y en su ademán,esa eterna feminidad de quien quiere recibir el placer de gustar.


















Ven...te enseñaré un cuadro,me lo hicieron hace mucho tiempo...seguro que te puede ayudar.

sabes?...el tiempo se desliza sin darse uno cuenta entre los dedos de las manos.

un placer señor frutero.

















me dí cuenta de los maravilloso y fácil que es querer sacar una sonrisa a la gente




































Hola....

¿quieres así?.....mientras,me abría con gran simpatía la puerta del pequeño cuarto donde guarda la carne..después de tenerlo todo recogido.

cuchillo en mano me dedicó la obra de su pan,como aquel que disfruta de él y de los demás,con cercanía y diversión.

gracias.

mil imágenes

Cada día que pasa,infinidad de imágenes suceden ante nuestros aletargados y somnolientos ojos.Perdemos la oportunidad de conocer,vibrar e interactuar con lo que nos rodea.

Vivimos en un mundo cada vez mas deshumanizado,con pseudovalores como objetivo primero de millones y millones de personas;nuestros ojos poco a poco e irremediablemente se ciegan.

Nos quejamos por todo,somos incapaces de Ser sin tener;es como una carrera de atletismo...poco a poco nuestros ojos cada vez más sedentes,se unen al grupo de la inactividad,la pereza y la ausencia de vida;les hace falta ejercicio,nutrirse...

¿he dicho irremediablemente?

Aún no está todo perdido...una de las grandes cosas que tiene a mi humilde juicio la fotografía,es que potencia la capacidad de VER,que es consecuencia directa de MIRAR.

Algo de esto intuímos..verdad?pero seguimos caminando como cangrejos,AJENOS,desentrenamos nuestras sensaciones con preocupaciones estúpidas,incluso inexistentes..fruto de nuestra incansable capacidad de encontrar respuesta lógica a todo..

Somos duros con nosotros mismo,nos impedimos VIVIR.

No hay más lógica que la de sentirse agradecidos,la de sentirse dichosos de poder estar vivos,de poder correr,hablar,amar,ver,tocar...en definitiva,de SER.

Estamos aquí y ahora,y eso es el mejor de los regalos;a mi juicio,conseguir entender esto,conlleva ese aire fresco que irrumpe en nuestro pequeño cuarto de máquinas,ese soplo y esas ganas de seguir capturando instantes a cada segundo,de no perserse nada,el jolgorio de sentirse plenos,la verdadera razón de nuestra existencia,pues nuestra cajita-esponja está abierta,y esa sensación señores...

mantiene afilados nuestros sentidos y seguir llenándolos eternamente de fotografías en forma de bellos recuerdos.

Doy las gracias a esta práctica por permitirme escribir estas palabras.

miércoles, 17 de octubre de 2007

el duendecillo

el duendecillo
























Mi intención con esta práctica es jugar con los diferentes grados de inclinación e intensidad de la luz sobre esta figura inanimada.


Elegí este pequeño duendecillo que tenía en el cuarto,por sus facciones y por su inmediatez...ya que comparte noches conmigo.